La pasivación de metales es un método para controlar la corrosión en el que una solución ácida disuelve/corroe el hierro libre presente en la superficie de manera uniforme y ordenada. Si no se maneja adecuadamente, puede ocurrir un fenómeno llamado "blitz", que resulta en una corrosión incontrolada que oscurece y graba visiblemente la superficie del metal. Entonces, ¿cómo evitar que ocurra este tipo de fallas?
- Asegúrese de que no haya contaminantes en la solución ácida.
Antes de la pasivación, verifique la solución ácida para detectar otras sustancias que no deberían estar presentes; el ambiente ácido es muy sensible a las impurezas, por lo que incluso unas pocas impurezas pueden causar una corrosión incontrolada. En general, se debe utilizar un ácido de alta pureza para pasivar piezas metálicas para garantizar la controlabilidad del proceso de pasivación. Este remedio generalmente implica rellenar periódicamente el tanque de ácido con una solución nueva y, al mismo tiempo, evitar los contaminantes en la solución del baño de ácido. Otra recomendación es utilizar agua de mayor calidad, como agua RO o DI, que tiene relativamente poco cloruro en comparación con el agua del grifo. Por tanto, también puede prevenir problemas como ataques relámpago.
- Limpiar a fondo las piezas metálicas.
Los contaminantes de la superficie y las capas de óxido no favorecen el efecto del tratamiento de pasivación, lo que afecta la calidad y la adhesión de la capa protectora. Cualquier impureza, como grasa o aceite de corte, en la pieza puede formar burbujas que pueden interferir con todo el proceso. En este caso se puede utilizar un desengrasante.
Usar varios limpiadores solos o reemplazar los limpiadores actuales también puede garantizar que las piezas estén libres de diversos contaminantes. A veces, es posible que sea necesario eliminar los óxidos calientes producidos por la soldadura o el tratamiento térmico mediante lijado o decapado antes del proceso de pasivación.
Al mismo tiempo, después de la pasivación también se deben enjuagar a fondo las piezas metálicas. Después del baño ácido, no solo queda una solución ácida residual en la superficie de las piezas metálicas, sino también una cierta cantidad de iones y restos metálicos, lo que provocará riesgo de corrosión para su posterior exposición y uso.